Los bebés y niños se pueden atorar con objetos que se llevan a la boca o inclusive con la alimentación normal. La asfixia ocurre cuando el niño traga algo suficientemente grande para bloquear sus vías aéreas, siendo difícil o imposible respirar. El diámetro de las vías aéreas de un niño es aproximadamente del mismo tamaño que su dedo, por eso, es fácil que los objetos se tornen extremadamente peligrosos.
¿Cuáles son las principales causas de asfixia en los niños?
Según los especialistas, los principales causadores de episodios de asfixia son:
• Frijoles, arroz y pedazos de fruta, como manzana (pero eso no quiere decir que no hay que darle esos alimentos al bebé — solo manténgase atenta mientras come);
• Piezas pequeñas que se desprenden de los juguetes;
• Canicas;
• Pilas, baterías e imanes (especialmente peligrosos por poder causar intoxicación y perforación intestinal);
• Tapas de bolígrafos;
• Monedas y botones;
• Tornillos;
• Caramelos.
¿Cómo identificarla?
Es importante saber identificar un episodio de asfixia para tomar las medidas adecuadas. La obstrucción total de las vías aéreas puede ocurrir, por ejemplo, cuando el niño está alimentándose y, de repente, se muestra incapaz de respirar. En el caso de un bebé, algo está mal si terminó de mamar y no logra respirar.
En esos casos, es posible que usted note: Piel azulada o morada; Esfuerzo respiratorio exagerado; Movimiento de entrada de aire indetectable o ausente; Eventual pérdida de consciencia. El niño también puede hacer ruidos extraños o abrir la boca sin emitir ningún sonido.
Si el niño estuviera tosiendo o con náuseas, ¡es buena noticia! Eso significa que las vías aéreas no están totalmente bloqueadas, por lo tanto, es necesario dejarlo toser, método más eficaz para liberar las vías aéreas.
Cuando el niño no logra llorar, toser o hablar, la situación es más grave e indica que las vías aéreas están totalmente cerradas y es necesario ayudarlo a volver a respirar.
¿Qué hacer?
Lo ideal es que, antes que ocurra ese tipo de accidente, usted ya sepa qué hacer para actuar con más seguridad y confianza. El pediatra, durante una consulta de rutina, puede demostrar las maniobras necesarias.
La primera conducta es pedirle a alguien que llame al servicio médico especializado — Samu (192) o Cuerpo de Bomberos (193) – o que consiga el transporte hasta la sala de urgencia más cercana. Si no hubiera nadie cerca, intente desatorarlo por dos minutos y luego pida ayuda.
Haga las siguientes maniobras para desatorar un bebé:
Sosteniendo al bebé inclinado para adelante, dele 5 palmadas en la espalda, usando su mano abierta. La posición de la cabeza levemente inclinada hacia adelante facilita el proceso de desatorado y evita que el niño broncoaspire si vomita durante las maniobras.
Gire al bebé boca arriba, sosteniéndolo firmemente entre sus manos y brazos, y haga dos compresiones torácicas.
La compresión es similar a la de la técnica de reanimación cardiopulmonar: comprima el centro del pecho con 2 dedos — índice y mayor –, debajo de la línea entre los pezones. Verifique si el bebé vomitó o expelió el objeto que causó la asfixia. En caso negativo, repita la operación. Apenas el bebé se desahogue, la primera reacción será llorar.
Cómo desahogar niños de más de 1 año:
En el caso de asfixia de niños de más de 1 año de edad, se puede realizar la maniobra de Heimlich.
• Colóquese atrás del niño, abrazándolo alrededor del abdomen. (Puede ser que necesite estar de rodillas atrás del niño para hacer la maniobra);
• Agarre el puño de su otra mano y haga cuatro compresiones contra el abdomen, entre el final del esternón y el ombligo en dirección para arriba. Las compresiones deben ser vigorosas pero no violentas, para no lastimar al niño;
• Aunque el niño se desahogue y parezca bien, si hubiera perdido la consciencia, inclusive rápidamente, llévelo al hospital el mismo día;
• Si el niño empeora y deja de respirar, grite inmediatamente para que alguien llame al servicio médico especializado, o consiga un transporte al hospital. Mientras tanto, comience a hacer compresiones torácicas en las maniobras de resucitación.
¡Importante!
No intente retirar el eventual objeto con sus manos, al menos que logre verlo al abrir la boca del niño. Existe el riesgo de empujar todavía más el objeto y empeorar la situación.
En algunos casos, el objeto no obstruye totalmente las vías aéreas, pero incluso así es necesario llevar al niño al hospital para que sea monitoreado y para que, eventualmente, el objeto sea retirado con un endoscopio, con aplicación de anestesia.
Y más: si el niño aparece asfixiado sin estar comiendo ni haber colocado nada diferente en la boca, puede ser que haya bronco aspirado algún objeto o líquido o puede estar con una reacción alérgica a algún alimento o picadura de insecto, por ejemplo. Llévelo al hospital inmediatamente.
¡Atención!
La asfixia es un asunto serio, ¡prevéngala! lo ideal es asegurarse que los objetos pequeños sean mantenidos fuera del alcance de los niños. Además, las prácticas alimentares seguras, como acompañar al niño mientras come, por ejemplo, no solo proporcionan una oportunidad de vínculo, sino también garantizan que mastique los alimentos adecuadamente.
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