Los órganos oficiales de salud continúan recomendando que las personas solo salgan de casa cuando es extremadamente necesario y, cuando lo hagan, la recomendación para todos es usar la mascarilla, ya que la cobertura impide la transmisión del coronavirus por personas contaminadas asintomáticas – que no saben que están con la enfermedad. La excepción son los niños menores de 2 años de edad: pero ¿por qué ellos no deben usar mascarilla?
La explicación es simple: los especialistas alertan que los niños en esa franja etaria no tienen autonomía y control pleno de sus movimientos, pueden tener dificultad para respirar con la mascarilla y corren riesgo de asfixia. Además, es común que el niño se lleva la mano al rostro y pueda sentirse impaciente, sacándose la mascarilla, lo que no es eficiente para la protección, aumentando el riesgo de contaminación. Otro problema es el tamaño de las mascarillas, que generalmente son grandes y no se ajustan correctamente, perdiendo así su eficiencia.
Este, inclusive, es un punto importante a ser tenido en cuenta en el caso del uso de la protección en niños mayores de 2 años. Es necesario que la mascarilla sea del tamaño correcto para que sea segura y eficiente.
El uso de la máscara exige ciertos cuidados, ¡atención!
Las máscaras infantiles también pueden ser fabricadas en casa, con telas, prefiriendo de algodón, pues irrita menos la piel. Tienen que tener por lo menos dos capas de tela y el tamaño adecuado para la cara del niño, cubriendo cómodamente toda la parte lateral del rostro, pero permitiendo respirar sin dificultad. Lo ideal es que sean sujetas por elásticos atrás de la oreja. Existen varios tutoriales online que enseñan cómo producirlas, incluso sin máquina de coser.
Es necesario también prestar atención al hecho de que el niño tiende a tocar la mascarilla con las manos, después puede tocarse la nariz o los ojos, por eso es importante explicarle el uso correcto y la supervisión tiene que ser constante. Se debe observar también si el niño está salivando o con la nariz chorreando, pues las mascarillas mojadas son consideradas sucias y tienen que ser cambiadas.
Recordando que las mascarillas son individuales, tienen que ser cambiadas cada dos horas y lavadas correctamente siempre después de usarlas.
Higienización
La higiene es un punto fundamental del uso de mascarillas. Es necesario lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos o pasar alcohol en gel antes y después de tocar la mascarilla, y siempre retirarla por los elásticos. Si fuera necesario tocar el tejido, coloque el dedo (siempre limpio) en la parte interna de la máscara, donde el riesgo de contaminación es menor, y nunca en el frente de la máscara.
Para quien va a estar más de dos horas en la calle, lo correcto es llevar mascarillas extras, embaladas individualmente en bolsas de plástico. Sáquese la mascarilla usada, dóblela por el medio con la parte de afuera para dentro, y guárdela en la bolsita.
La higienización puede hacerse con agua y jabón en la lavadora, o dejando de remojo en agua sanitaria por 30 minutos.
Importante:
Recuerde que lo ideal es que los niños se queden en casa, protegidos de los riesgos externos de contacto con el virus. ¡Salir si realmente fuera imprescindible y reforzando los cuidados!
Y para las menores de dos años, sin la protección, además de las medidas de distanciamiento e higiene, también es posible, por ejemplo, usar un tejido para cubrir el cochecito o la sillita y minimizar el contacto al hacer un desplazamiento breve.
Las mascarillas no son recomendadas para personas con dificultad y problemas respiratorios o que estén durmiendo. En caso de dudas sobre la recomendación para casos específicos, consulte su médico o pediatra del niño para seguir las recomendaciones.
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