Para muchos papás, el tema todavía es un tabú y puede ser embarazoso. Pero el hecho es que la educación sexual es muy importante y tiene que ser un tema abordado por la familia. Es necesario dejar ese sentimiento de lado para no crear una barrera, pues el niño entrará en contacto con esos temas inevitablemente y, si los papás no hablan sobre eso, probablemente la educación llegará por otros medios, lo que puede dejarlo vulnerable a una serie de peligros.
Es saludable y necesario hablar de sexo y no existe lo correcto o lo incorrecto. Lo importante es no ignorar la sexualidad y mantener siempre una vía de diálogo abierta. Un buen comienzo es pensar que sexualidad no significa el acto sexual, sino un concepto amplio que engloba género y comportamiento. De acuerdo con Carolina Freitas, magíster en psicología y especialista en sexualidad, “hablar de sexualidad no es específicamente hablar sobre el acto sexual. La educación para la sexualidad en la infancia engloba el conocimiento del cuerpo humano, el respeto a si mismo y al otro, higiene, desnudez, privacidad y consentimiento”, explica.
O sea, los niños tienen sexualidad y es saludable y seguro explicarles qué significa eso, permitiendo que exploren las curiosidades y dudas, respetando su individualidad. Y muchas veces, quien presenta la pregunta es el propio niño, a partir de su desarrollo psicosexual, curiosidades e intereses.
¿Y cuándo debemos hablar?
Según la especialista, no existe edad ideal para comenzar a hablar de sexo con los hijos. El propio cuidado del bebé ya es una forma de educar para la sexualidad. Para Carolina Freitas, el respeto y la privacidad que damos al cuerpo del bebé, el diálogo, la tarea de cuidar ya son formas de hablar sobre sexualidad. “Actitudes y ejemplos hablan más que palabras”, afirma.
Desde el nacimiento hasta los dos años de edad, el niño comienza a explorar su mundo por medio de su cuerpo y sus sensaciones. La psicóloga explica que es por medio del gusto, del olfato, del tacto, de la mirada y del oído que el niño va a probar el placer. “Esa relación con su cuerpo y con los sentidos formará, más tarde, sus actitudes sexuales”, afirma Carolina.
¿De donde vienen los bebés? Generalmente, esa es la primera pregunta que hacen los niños alrededor de los tres años de edad. Quieren saber cómo salieron o cómo entraron. Para Carolina Freitas, es un tema que puede dar inicio a una charla sobre sexualidad. “Siempre es importante recordales a los papás, mamás y educadores que cuando el niño hace esa pregunta no está hablando de sexo, del acto sexual en si, que todavía es un gran “cuco” para los cuidadores, sino sobre sus descubrimientos y desarrollo”.
Ellos tienen curiosidad por saber cómo el bebé cabe en la barriga, cómo la mamá logra alimentarse con el bebé ocupando el espacio de la barriga y cómo se alimenta él también. “Es un buen momento para leer un libro infantil, con ilustraciones del cuerpo humano y explicarle. Eso es educación sexual”, completa.
La educación sexual evita abusos
Hablar de las partes íntimas es fundamental para que el niño conozca su propio cuerpo y lo respete, además de ser una forma de prevenir violencias sexuales. La especialista explica que los papás pueden usar los apodos, “pirulín”, “pepa” u otros, siempre que no sea peyorativo ni represivo. “Es importante decirle al niño pene y vagina para que sepa el nombre científico y el nombre dado en casa. Tienen que saber cuáles son los nombres de las partes íntimas, quién puede ayudarles en la higiene y en los cuidados íntimos. De ese modo aprenderá sobre privacidad, consentimiento y respeto”.
No se pueden prevenir los abusos si ni siquiera son nombrados. Es importante darles nombre a las partes del cuerpo, a las formas de vivir la sexualidad y a las formas de violencia de esos derechos. Existen diversos materiales infantiles que ayudan a los papás, mamás y educadores en ese proceso.
También es fundamental la educación sexual en la escuela, ya que es el segundo espacio de socialización y convivencia de los pequeños, siendo el primero la familia.
No hay como dejar de hablar sobre sexualidad en las escuelas, el desarrollo psicosexual del niño destapa eso de forma transversal, sea en la escuela pública o en la privada. El colegio también debe ser un espacio de promoción de salud, de educación integral. “Cuando el niño no presenta sus interrogantes, se pueden usar recursos como videos educativos, películas y libros sobre el tema. Hablar de sexualidad no es estimular ni erotizar, por el contrario, el niño bien informado estará protegido. Cuando se vuelva adulto vivirá de forma más responsable y placentera su sexualidad”, afirma.
Oriente sobre la masturbación
Como parte de su desarrollo, la masturbación aparece como curiosidad natural del niño, de su cuerpo y sus sensaciones. Según la psicóloga, es un juego exploratorio de sensaciones. “No tiene la misma connotación que la masturbación en la adolescencia y en el adulto. Entonces, es un buen momento para enseñarle a los niños sobre la intimidad, privacidad, respeto al cuerpo. No es necesario problematizar la situación, solo orientar. No se recomienda la represión, ya que forma parte del desarrollo psicosexual del niño”.
El papá, la mamá, profesora o responsable, al encontrar al niño masturbándose – acariciándose los órganos genitales – puede decirle que, a pesar de creer que esa “cosquillita” esté siendo muy buena, ese lugar, que puede ser la sala de casa, la calle, el salón de clase o cualquier otro, no es el lugar recomendado. Es importante explicarle que ese “juego” se hace en un lugar más privado. Y, en seguida, invitarlo a realizar otra actividad.
5 consejos para lidiar con las curiosidades de los pequeños:
Conozca los principales consejos de la especialista para lidiar con las curiosidades de los pequeños. Recordando que las preguntas deben ser respondidas de acuerdo con la edad y partir de lo que fue preguntado.
1-Por qué y de donde viene la pregunta;
2-Responder con honestidad;
3-Restringirse a la pregunta hecha, sin extenderse;
4-Avanzar basado en lo que el niño ya conoce;
5-Dar explicaciones en un lenguaje simple y familiar; siempre que sea posible responder en el momento en que el niño solicita y repetirlo, siempre que sea necesario.
Recuerde:
Siempre tenga en cuenta las necesidades del niño y responda con claridad y simplicidad. Tenga siempre en mente que la sexualidad infantil es diferente de la sexualidad del adulto.
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